Se llevó a cabo este domingo 20 de diciembre, la
Celebración del Qhapaq Raymi
en el sitio sagrado Tres Ombúes
(sito en Autopista Richieri
y Camino de Cintura en Ciudad Evita) donde se
reunieron distintas comunidades aborígenes y vecinos para rendir tributo a este
festejo ancestral de la cultura andina. Amenizada con las melodías provenientes
de los sikuris presentes
para realizar la ceremonia al pie de los talas y ombúes dentro de lo que sería
el sitio arqueológico querandí, también conocido como Yacimiento Ezeiza que esta pronto a desaparecer si
no se tiene en cuenta los negociados inmobiliarios que están poniendo en vilo
la tierra de nuestros ancestros los querandíes.
La ceremonia la llevó
a cabo Mario Barrios y mediante presentación
individual de los presentes se procedió a hacer una ronda y después los sikuris
interpretaron la canción “5
siglos” al son de las quenas
y sikus de San Alberto
y de Punta Querandí,
también estuvo presente Peñi de Los Toldos, hoy residente de San Justo de la comunidad mapuche, Tony Reyes León de la comunidad Qom, Miguel
Ferreyra Cheuke, Colectivo
Tres Ombúes, Reserva
Natural Ciudad Evita, del Colectivo Ecológico “Unidos por Laguna de Rocha”, Empo, el arqueólogo Dr. Marcelo Weissel entre otros. Hubo un breve
altercado con un compañero instantes previos a ingresar al sitio por parte de
miembros de la comunidad Boliviana
que están construyendo en sitio sagrado y no dejaban ingresar aduciendo que era
propiedad privada ante esto tubo que interceder de mediador un agente de la
policía municipal de La
Matanza garantizando la estadía durante la celebración y acompañando
durante la salida del mismo pudiendo mediar para que se garantice realizar un
permiso para que puedan entrar en futuras visitas por el portón de entrada que
da acceso al mismo sitio sagrado.
Cada 21 de diciembre, día en que
comienza el solsticio de verano, la cultura andina celebra el Qhapaq Raymi, Fiesta
Mayor o Gran Fiesta de
la Vida, que representa el inicio de un ciclo nuevo. Este festejo
ancestral, es uno de los más importantes en la cosmovisión indígena, junto con
el Inti Raymi, el 21 de junio, una larga
jornada donde se aguarda la salida del sol alrededor de un fogón, compartiendo
historias, música y hermandad.
El Qhapaq Raymi es referente a
la época del ciclo que “se relaciona con la estación del calor y la
reproducción de la vida en abundancia en los ecosistemas andinos, con las
primeras cosechas de los frutos de la tierra y de los camélidos”, afirman los
amautas (sabios) y que han sabido mantenerse a lo largo de los siglos, ya que
supo ser una celebración prehispánica que se prolonga hasta la actualidad.
En esta celebración,
siempre existe una interacción concreta que es el agradecimiento a la madre
tierra, al padre sol, por los dones recolectados, porque gracias a su acción
natural y directa, las comunidades pueden obtener el alimento, o colaborar en
el cuidado de sus cultivos. Es un círculo de complementariedad, donde la
dualidad de lo masculino y femenino rigen.